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EL BANCO DE ESPAÑA DICE QUE NO SALE RENTABLE RETRASAR LA EDAD DE JUBILACIÓN


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EL BANCO DE ESPAÑA DICE QUE NO SALE RENTABLE RETRASAR LA EDAD DE JUBILACIÓN

Daniel Ghamlouche - autonomosyemprendedor.es

Según el Banco de España, alargar la edad de jubilación -como hacen muchos autónomos- podría no salir a cuenta, a pesar de los incentivos que existen. Por otro lado, asegura que cotizar sale rentable ya que, por cada euro cotizado, la Seguridad Social devuelve entre 1,25 y 2 euros de pensión. Los autónomos podrían ser los que más retorno reciben por su cotización.

Retrasar la edad de jubilación, a la larga, no sale a cuenta. De hecho, según el último informe del Banco de España, "una estimación del rendimiento financiero del sistema de pensiones", a partir de la edad legal de jubilación, las cotizaciones de los trabajadores autónomos y asalariados a las arcas públicas pierden rentabilidad, a pesar de los incentivos que existen para alargar la vida laboral de autónomos y asalariados.

A mediados de febrero, el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá anunció su intención de realizar una reforma del sistema de pensiones y se ha especulado con la idea de que podría penalizar más a aquellos asalariados y autónomos que se retiren anticipadamente y que, por el contrario, no descartaría aumentar los incentivos para los cotizantes que retrasen su jubilación más allá de la edad legal- Actualmente, los coeficientes reductores que se aplican por jubilarse de forma anticipada pueden llegar hasta el 8% anual y los incentivos por retirarse más tarde de la edad legal lograrían aumentar la pensión, como mucho, un 4% cada año.

A la espera de un nuevo informe de recomendaciones por parte del Pacto de Toledo -que incluiría previsiblemente algunas modificaciones y actualizaciones en materia de incentivos, e incluso de beneficios para contribuyentes con largas carreras de cotización- lo cierto es que, ahora mismo, ninguna de las dos modalidades de jubilación -anticipada o demorada- parecen compensar más que la que se realiza justo cuando se cumple la edad legal de retiro. En el documento publicado por el Banco de España se calcula la rentabilidad media de las pensiones españolas a partir de una muestra de más de 7.000 trabajadores por cuenta propia y ajena que en 2017 se retiraron del mercado laboral.

En el informe se llegó a 2 conclusiones:

- por cada euro cotizado, de media, los pensionistas españoles reciben 1,7 euros de pensión

- trabajar más años para mejorar la pensión a través de los incentivos, como suelen hacer buena parte de los autónomos, no siempre es una buena idea

La jubilación a los 65 años es la más rentable

Para ilustrar este último aspecto, el Banco de España calculó la rentabilidad que obtendría un trabajador ficticio que se jubilase en 2017 con distintas edades -en concreto entre los 63 y los 67 años-, después de haber cotizado 459 meses (aproximadamente, 38 años) y con una base de cotización equivaliese al 45% de la máxima en cada mes (actualmente estaría en torno a los 1.400 euros aproximadamente).

Así pues, si este trabajador se jubilase a la edad legal de 65 años generaría una pensión de 1.338 euros al mes, "muy similar a la pensión media de las altas de jubilación observada en 2017, que se situaron en los 1.318 euros. En el informe del Banco de España se puede ver que la cuantía mensual de la pensión variaría entre los 1.124 euros si el trabajador se jubilase a los 63 años y los 1.445 euros si lo hiciese a los 67 años".

Sin embargo, "en términos de rentabilidad económica, el incentivo a posponer la edad de jubilación sería muy limitado”. En efecto, la rentabilidad máxima la obtendría al jubilarse a la edad legal de 65 años. Si el trabajador pospusiese uno o dos años su edad de jubilación, si bien obtendría una pensión de mayor cuantía (por la bonificación asociada a posponer la jubilación, que ronda de media el 2%), la recibiría durante un período de tiempo esperado más corto, por lo que la rentabilidad sería menor que si se jubilara a los 65 años.

Además, el estudio del organismo supervisor analiza la sostenibilidad del sistema de pensiones a partir del TIR (Tasa Interna de Retorno) o, lo que es lo mismo, lo que obtiene el cotizante por cada euro cotizado durante los años de jubilación. "La Tesorería proveería más de un euro de prestación por cada euro de cotización aportado para la mayor parte de los individuos de la muestra. De media, las altas en el 2017 recibirían 1,74 euros de prestación por cada euro de cotización". El estudio explica de que todas las pensiones percibirían entre 1,25 y 2,03 euros por cada euro cotizado, según una tabla de percentiles.

Dichos percentiles dividen a todos los pensionistas. Los que se encuentran entre el percentil 0 y el 50 serían aquellos que más aportaron -y también los que menos retorno recibieron- y del percetil 50 en adelante los que menos cotizaron -y también los que más retorno lograron-. 

Esto último se debe a que la rentabilidad de alargar la vida laboral es menor para aquellos que tienen las cotizaciones más altas, ya que tienen la prestación topada. Según el catedrático en economía y socio fundador de LoRIS, consultoría especializada en soluciones de jubilación, al contrario de lo que podría parecer, "los que menos pensión están cobrando son ahora mismo los que más rentabilidad están obteniendo. Al calcular toda la carrera de cotización de aquellos que han cotizado por la mínima en los últimos años, como el resultado sería inferior al de la pensión mínima actual, se les aumentará automáticamente la pensión. Pero si, además, se demora la jubilación, entonces las tasas de retorno se pueden disparar hasta el 6% o el 7% en algunos casos".

Autónomos, "los que más cobran por cada euro aportado"

En esta situación estarían, según Herce, la mayoría de los autónomos. "Cerca del 80% del colectivo ha cotizado durante casi toda su vida por la mínima. Seguramente la mayoría de ellos se encuentren en el cuadro entre los percentiles 75 y 95 (los que obtienen mayores rentabilidades por euro cotizado). Lo que sucede es que tienen una pensión muy baja porque han elegido cotizar por bases muy bajas y, además, muchos tienden a alargar el momento de jubilación porque su carrera de cotización es corta, aunque hayan trabajado muchos años".

Esto significa, para el experto, "que los autónomos, en su mayoría, son los contribuyentes a los que mejor les sale la jubilación, en términos de inversión, aunque también sean los que peores pensiones tienen. La Seguridad Social les devuelve hasta tres o cuatro veces más de lo que han cotizado".

Cotizar más para cobrar más

A pesar de esta rentabilidad, lo cierto es que los autónomos siguen cobrando pensiones bajas, porque la mayoría eligen cotizar por la mínima. Según un estudio realizado por Mapfre, una parte importante del colectivo “acumula un alto grado de desconocimiento o desinformación” sobre el tipo de prestaciones a las que tienen derecho y el efecto que tendría en ellas el simple hecho de aumentar su base de cotización.

Incapacidad Temporal o Permanente, Viudedad, Paternidad y maternidad, Cese de actividad, Formación u Orfandad, son sólo algunas de las coberturas a las que tiene derecho el autónomo sólo con pagar su cuota, y que mejorarían de forma exponencial si la eleva. Prestaciones que no sólo se deben, sino que también se pueden mejorar en muchos casos: según Mapfre, uno de cada tres autónomos podría permitirse cotizar -al menos- por bases superiores a la mínima.

Sin embargo, sólo el 8% de los afiliados al RETA cotiza por encima de los 2.000 euros. Estos autónomos, menos de uno de cada diez, "son los únicos a los que en circunstancias de crisis como las que estamos viviendo les habrá quedado una prestación digna para hacer frente a todos los gastos y poder vivir tranquilos. Los demás, en el mejor de los casos y en el supuesto de que puedan o hayan podido acceder al Cese, podrían estar cobrando menos que sus propios trabajadores", explicó el abogado laboralista Alberto Ara.

No es sólo un problema de cultura de cotización

Sin embargo, para el catedrático de Derecho del Trabajo y Seguridad Social de la Universidad Politécnica de Valencia, Juan López Gandía, no es sólo un problema de falta de cultura de la cotización. "Sí es cierto que hay una parte de eso, que hay que concienciar a los autónomos y que muchas organizaciones han hecho y siguen haciendo una gran labor al respecto. Pero el problema no es sólo ese. El autónomo tiene que lidiar a diario con una dualidad: es empresario y también trabajador. Esta doble vertiente, muchas veces, hace que el autónomo se perjudique a sí mismo".

Según explicó el catedrático, "las diferentes circunstancias del mercado laboral provocan que el autónomo vea la cotización como un coste empresarial, algo que puede y debe recortar para ganar en competitividad. De lo que no se da cuenta es de que su realidad es diferente a la de un empresario. También es un trabajador (aunque por cuenta propia) y depende de las prestaciones que se está recortando a sí mismo".

También, según el profesor, el problema tiene que ver con la educación y con lo que se le ha transmitido a trabajadores y autónomos durante años. "Hace décadas que se oye eso de que la Seguridad Social está en quiebra, que no es rentable. Mientras se ha transmitido este mensaje desde las instituciones, a la vez, se le ha intentado concienciar al autónomo de que cotice más. Lo que hace falta no es sólo concienciar de las indudables ventajas de cotizar más, sino también de que la Seguridad Social es un sistema rentable y en el que hay que confiar. De que cuando se den crisis como ésta o la del 2008, y muchos sectores como el turismo o la construcción se vean muy perjudicados, los ingresos que va a tener asegurados el autónomo, sí o sí, serán los que aportó al Estado a través de sus cotizaciones".

¿Servirá como aprendizaje tras la crisis?

La crisis del COVID-19 ha puesto al límite de sus fuerzas a miles de autónomos, que se han visto sin ingresos, con gastos y, con la incertidumbre de no saber cuándo ni cómo podrán reabrir sus negocios. ¿Será para ellos la crisis un aprendizaje? "Ojalá, pero lo dudo. La crisis refuerza la idea de la importancia de resguardar lo público. Pero, lo cierto es que la memoria se acaba pronto. Rápidamente, todo volverá a una relativa normalidad, en la que el autónomo seguirá con poco o ningún poder de negociación y se encontrará de nuevo con la tentación de recortar en lo que menos debe recortar: su cotización".

Lo mismo opina Alberto Ara. Para el abogado, "lo que mirará el autónomo cuando todo vuelva a la normalidad es lo que le queda a final de mes, cuánto ingresa y cuánto gasta. La idea de inversión que debe acompañar a la cotización se volverá a ir y regresarán los mismos problemas: miles de autónomos cotizando por la mínima y descubiertos ante cualquier problema. Miles de pequeños empresarios que se van a terminar jubilando con una prestación inferior a la de sus propios trabajadores".

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