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LA JORNADA INTENSIVA DE TRABAJO


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LA JORNADA INTENSIVA DE TRABAJO

Un artículo de Jorge Danés. Abogado laboralista

En verano muchos trabajadores tienen jornada intensiva y otros que no la tienen, la desean.

¿Merece la pena? ¿Cuáles son sus ventajas? ¿Solo se puede tener jornada intensiva en verano?

Índice de contenidos de este artículo

Índice

1) La jornada intensiva

       a) Jornada intensiva y jornada partida

       b) La jornada especial de verano

       c) Jornada intensiva los viernes

       d) ¿Cómo se si tengo derecho a la jornada intensiva?

2) Ventajas y desventajas de la jornada intensiva

3) Necesidad de una racionalización de los horarios de trabajo

1) LA JORNADA INTENSIVA

a) Jornada intensiva y jornada partida

La jornada intensiva o continua no es más que realizar la jornada laboral sin una pausa que rompa el tiempo de trabajo, es decir, se realiza toda la jornada del tirón. Únicamente con los descansos que son obligatorios por ley (15 minutos si se trabaja más de 6 horas) y ese tiempo de descanso se considera tiempo efectivo de trabajo.

La jornada intensivaviene a ser lo contrario de la jornada partida”. Si un trabajador tiene 8 horas diarias de jornada, las puede hacer de varias maneras:

a) En jornada partida: trabajando de 9 a 14 y de 16 a 19 h., con un espacio intermedio de dos horas para comer, o bien

b) En jornada intensiva o continua: de 7.30 horas a 15.30 horas, con un breve descanso de 15 minutos.

La jornada intensiva puede tenerse todo el año, o solo durante unos meses o periodos. Dependerá de la distribución del trabajo que haga la empresa, y de cómo se regule en el propio contrato de trabajo y en el Convenio Colectivo.

b) La jornada especial de verano

Muchos Convenios Colectivos establecen que durante los meses de verano se tendrá una jornada intensiva, cuya duración dependerá de cada caso: algunos establecen que será de 1 de junio al 30 de septiembre, otros de 15 de junio al 15 de septiembre, otros solo los meses de julio y agosto, otros solo agosto, etc.

En algunas ocasiones con este horario de verano se trabajan menos horas, en vez de las 8 diarias, ya que se tiene una distribución irregular de la jornada. De esta forma, durante el resto del año se trabaja un poco más de las 8 horas diarias, para poder trabajar menos en verano y que al final del año, en cómputo medio, se haya trabajado 8 horas al día.

c) Jornada intensiva los viernes

En ocasiones la jornada intensiva es únicamente los viernes. Es decir de lunes a jueves se trabaja mañana y tarde, y los viernes por ejemplo solo por las mañanas. Es otro ejemplo de una distribución irregular de la jornada, donde de lunes a jueves se suele trabajar un poco más de las 8 horas, para que al final de la semana se haya, trabajado las 40 horas.

d) ¿Cómo se si tengo derecho a la jornada intensiva?

Habrá que ver si el Convenio Colectivo, alguna normativa de la empresa o el contrato de trabajo reconocen este derecho al trabajador.

Además en ocasiones este derecho se puede reclamar si se puede probar que se ha venido disfrutando habitualmente años anteriores y de repente la empresa deja de reconocerlo.

2) Ventajas y desventajas de la jornada intensiva

Ventajas de la jornada intensiva

La jornada intensiva puede tener varias ventajas para el trabajador, pero sobre todo la posibilidad de conciliar mejor la vida profesional con la vida personal o familiar. Al dedicarle menos tiempo a trabajar o estar en el ámbito del trabajo, se tiene más tiempo para el ocio, la familia, la casa, descansar… No es lo mismo acabar de trabajar a las 15.30 y tener toda la tarde libre por delante, que acabar de trabajar a las 20 y prácticamente tener solo 12 horas por delante hasta volver a trabajar.

Además al no tener tiempo para comer en el trabajo, el trabajador puede ahorrar el gasto de la comida fuera de casa, o no tiene la necesidad de llevarse al trabajo comida.

También para las empresas puede suponer igualmente una serie de beneficios. Un trabajador que pueda conciliar su vida laboral y familiar estará más motivado y puede incluso mejorar su productividad, según han revelado algunos estudios. Por otro lado, para algunas empresas puede suponer un ahorro de costes en suministros, ya que cuanto menos tiempo estén los trabajadores en el centro de trabajo, menos tiempo tendrá que estar encendida la luz, la calefacción o el aire acondicionado, ordenadores, maquinaria, etc.

Finalmente, la jornada intensiva puede suponer también una ventaja para la economía. Ya que al tener más tiempo libre el trabajador, es posible que tenga más tiempo para actividades de ocio, para ir de compras, para apuntarse a cursos, al gimnasio… lo que supone una activación de la economía, situación que un trabajador que dedica todo el día a su propio trabajo no puede hacer.

Desventajas de la jornada intensiva

Pero obviamente la jornada intensiva tiene también sus inconvenientes. El trabajador tendrá un ritmo más intenso de trabajo, al reducirse las pausas de descanso y en determinado tipo de trabajos los quince minutos mínimos pueden no ser suficientes.

Si se trabaja con otras empresas, proveedores o clientes que no tienen jornada intensiva muchas veces es necesario trabajar fuera del horario y se terminan realizando horas extra que no siempre son retribuidas. Por ejemplo, en tiendas cuyo horario al público depende de la afluencia de clientes es difícil tener trabajadores con jornada intensiva. En la actualidad los consumidores demandan cada vez horarios de atención y servicio más amplios, por lo que no en todas las empresas se puede implantar la jornada intensiva si no se dispone de varios turnos de trabajo.

3) Necesidad de una racionalización de los horarios de trabajo

Como opinión personal, considero que debe de hacerse una reflexión general sobre los horarios de trabajo en España y plantear una racionalización de los mismos.

No tiene mucho sentido que un trabajador dedique todo el día a trabajar, cuando luego de trabajo efectivo realiza solo 8 horas. Un trabajador que trabaja de 9 a 14 y de 15 a 19, siendo un horario bastante extendido sobre todo oficinas, sumándole los tiempos de desplazamiento hasta el trabajo, acaba dedicándole prácticamente todo el día a trabajar.

Es necesaria una optimización del trabajo. Acabar con los conceptos de “calentar asiento” o “presencialismo”, que tienen tanto algunos los trabajadores, que piensan que les pagan solo por estar ahí, como de las empresa que consideran que un trabajador es peor por estar menos horas en el trabajo. Se tiene que premiar la eficacia, no la presencia. Pero el cambio tiene que ser general, un cambio en la mentalidad de los horarios de trabajo a nivel nacional.