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LA UIS DE PENSIONISTAS Y JUBILADOS DE LA FSM EN LA 104 CONFERENCIA DE LA OIT


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LA UIS DE PENSIONISTAS Y JUBILADOS DE LA FSM EN LA 104 CONFERENCIA DE LA OIT

Quim Boix - Secretario General de la UIS de PyJ de la FSM

Hoy es un día histórico para los Pensionistas y Jubilados de todo el planeta, organizados en sindicatos de clase y coordinados en los 5 continentes, pues estamos por primera vez reclamando ante la OIT nuestros derechos.

Esto es posible dado que la FSM (Federación Sindical Mundial), que dentro de pocos meses cumple 70 años de existencia, decidió crear una Unión Internacional de Sindicatos de Clase que agrupa a los Pensionistas y Jubilados de más de 100 países.

Les hablo como Secretario General de esta única organización sindical clasista mundial de Pensionistas y Jubilados.

Los Pensionistas y Jubilados somos cientos de millones de personas, aproximadamente el 20 % de la población mundial y el 30 % de los ciudadanos con derecho a voto. Una parte demasiado grande de este colectivo no tiene aún reconocida, por los estados capitalistas, su derecho a una pensión a partir de los 60 años.

Esta importante masa de ex asalariados, tiene además de una gran sabiduría colectiva (usada durante siglos por todas las civilizaciones), una larga experiencia de lucha por nuestros derechos. Nuestra generación de sindicalistas ha ganado, desde mediados del siglo pasado, las más importantes mejoras de los derechos laborales de toda la historia de la lucha de clases. Lo hemos conseguido gracias a impresionantes luchas de masas que han dejado asesinatos, torturas, encarcelamientos y despidos, pero también han dejado grandes mejoras que el capitalismo ahora nos quiere arrebatar, en especial en el trato a los Pensionistas con la excusa de su crisis.

Vamos a usar nuestra fuerza numérica, y nuestra experiencia sindical y de lucha, para arrancar nuevos derechos para los Pensionistas y Jubilados, así como para toda la clase obrera. No aceptamos que los asalariados, al finalizar su vida activa, pasen a depender de sus familiares, como proponía en Senegal la dirigente de la CSI (Confederación Sindical Internacional) y representante de la OIT en África.

Vamos a luchar aliados al resto de asalariados, unidos al resto de explotados por el sistema capitalista que nos oprime a todos por igual. El capitalismo es hoy la nueva esclavitud. Pero igual que, con la lucha, nuestros antepasados abolieron la esclavitud, nosotros vamos a conseguir avanzar hacia la abolición del capitalismo.

Vamos a acabar con la explotación del hombre por el hombre, que hace posible que las 80 personas más ricas del planeta concentren igual riqueza que la mitad de la Humanidad, es decir igual que 3.500 millones de personas. Una sola persona rica tiene igual dinero que 45 millones de personas, una enorme injusticia que solo es posible con el capitalismo.

Señores empresarios, señoras gobernantes de los países capitalistas, sepan que el capitalismo tiene los días, o años de existencia, limitados. El propio capitalismo va de crisis estructural a crisis sistémica, hasta su crisis final. Carlos Marx ya lo vaticinó y acertó.

Riqueza hay mucha en el planeta, y vamos a luchar para repartirla de una forma justa. Ello es imposible con el capitalismo, que roba las materias primas con genocidios y guerras imperialistas, al igual que antes las robaba de los países colonizados usando la fuerza militar.

Con esta riqueza distribuida, según las necesidades de cada persona, vamos a hacer posible una vida digna para todos los habitantes del planeta. Es decir el socialismo.

En especial luchamos por una pensión mínima y pública igual al salario mínimo, similar al que tienen en Luxemburgo (que es de aproximadamente 1.800 € al mes). Los ciudadanos de este país deben tener iguales derechos que los de cualquier otro país del planeta.

Tendríamos dinero suficiente para pensiones y salarios dignos si no se gastara en armas asesinas, que solo son útiles para los propietarios de las multinacionales que las producen, y que sirven para llevar la destrucción y la muerte, promovidas por la OTAN, a países donde las multinacionales quieren robar sus materias primas.

Lo vamos a lograr con luchas como las recientes de los Pensionistas y Jubilados en Grecia (a millares colapsando las calles de Atenas para obligar al nuevo gobierno de Syriza a cumplir lo que ya hoy son falsas promesas electorales), en Australia, en África, en Francia, en Paquistán, en Nepal y en la India, en Chipre, así como las históricas luchas en Argentina donde los pensionistas llevan ya 1.210 miércoles seguidos reclamando sus derechos ante el Parlamento.

Reclamamos además, los Pensionistas y Jubilados, atenciones complementarias que aseguren lo que establece la Declaración Universal de Derechos Humanos: agua potable, comida sana y suficiente, sanidad pública y gratuita, enseñanza y ocio garantizados por los gobiernos y sin pago, vivienda digna, etc.

Precisamente la Declaración de Derechos Humanos debe ampliarse y concretarse, para que en ella se recojan los derechos antes citados de los Pensionistas y Jubilados. Derechos que jamás aceptaremos que sean, como son hoy, diferentes en base al sexo.

Nosotros, Pensionistas y Jubilados, no tenemos ya ninguna dependencia de los empresarios (salvo en algunos países), solo tenemos que reclamar a los gobernantes, a los que poco a poco podremos cambiar con el voto. Así comprobamos que, mientras los gobiernos de los países socialistas han garantizado durante decenios, a las personas que habían trabajado 25 o más años, una pensión digna (junto al derecho a vivienda, sanidad, y cultura casi gratuitas, más ayudas colectivas para resolver las minusvalías que comporta la edad), los gobiernos de los países capitalistas nos están recortando y negando estos derechos básicos, empezando por los de la rica Unión Europea.

Denunciamos con claridad los fondos privados de pensiones que solo interesan a la gran banca y a los dirigentes de los sindicatos amarillos, los sindicatos colaboradores con la explotación capitalista, los sindicatos coordinados por la CSI, que en esta OIT y como pago de su sumisión al capitalismo, acapara, de forma monopolística, antidemocrática e injusta, todos los lugares que corresponden a los sindicatos.

Como la esperanza de vida de todos los humanos se alarga, nosotros vamos a tener más tiempo, que en etapas anteriores de la lucha de clases, para batallar hasta el día de nuestro fallecimiento, al lado de nuestra clase, la clase obrera, por todo lo que he mencionado en este breve discurso.

Como les decía al inicio, hoy es un día histórico para los Pensionistas y Jubilados, acaban de escuchar, por primera vez en esta sala de la ONU usada por la OIT, la voz de los veteranos sindicalistas clasistas que, como antifascistas, antiimperialistas y anticapitalistas, hemos luchado y seguiremos luchando por cambiar el mundo. El socialismo es el futuro de la Humanidad, y ustedes lo saben, aunque intenten retrasar su llegada, que será nuestro triunfo definitivo.

Sede de la OIT y de la ONU, Ginebra.

Junio de 2015